
Conexión profunda con la naturaleza: reflexiones desde el Vanadurga Ashram
En el corazón de la exuberante naturaleza de San Rafael (Antioquia), donde los susurros del viento se mezclan con el canto de las aves y el murmullo del río mágico, se encuentra un lugar único: el Vanadurga Ashram, un santuario de yoga que nos invita a conectar con la esencia misma de la vida.
Caminando por un sendero de piedra, cruzando un puente de madera, cada paso nos acerca más a la armonía y la serenidad que este lugar irradia. Aquí, en este refugio natural, el equipo de Portafolio Verde junto a la Comunidad Ciclo Siete se unieron para celebrar el Día de la Tierra, dentro de la Semana por la Sostenibilidad Iberoamérica.
Bajo la sombra de los árboles ancestrales, nos entregamos al arte del yoga, dejando que nuestros cuerpos y mentes se fundieran con la energía del entorno. Mientras algunos realizaban esta práctica y respiraban en sincronía con el ritmo de la naturaleza, otros exploraban los senderos cercanos, sumergiéndose en la belleza que nos rodeaba.
Y qué decir de la experiencia profunda en el río… Nadar en sus aguas cristalinas es como entrar en el abrazo mismo de la madre tierra. Sentimos la pureza y la vitalidad de cada gota, recordándonos nuestra conexión intrínseca con la naturaleza y nuestra responsabilidad de cuidarla y protegerla.
En este Ashram, más que un simple lugar, encontramos un santuario donde el tiempo parece detenerse, donde cada momento se convierte en una oportunidad para reconectar con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Aquí, entre árboles centenarios y cantos de pájaros, descubrimos la belleza y la fuerza de la sostenibilidad, recordando que cada acción cuenta, que cada elección puede marcar la diferencia.
En la Semana por la Sostenibilidad Iberoamérica Ciclo Siete, vivimos un viaje de introspección y acción, comprometiéndonos a ser guardianes de este precioso planeta que nos acoge. Desde el Ashram, llevamos con nosotros no solo la paz y la inspiración, sino también la determinación de ser agentes de cambio, de sembrar semillas de respeto y amor por la tierra que nos sustenta. Porque aquí, en este santuario de yoga en medio de la naturaleza, comprendimos que cuidar de la tierra es cuidar de nosotros mismos.